La República Socialista de Vietnam es una de las economías de más rápido crecimiento del Sudeste Asiático, y ha priorizado fuertemente su objetivo de alcanzar el estatus de país desarrollado al 2020. Después de la guerra civil que enfrentó al país a mediados del siglo pasado, en 1986 el gobierno inició una senda reformista que movilizó la economía de Vietnam desde su posición centralizada hacia una integración con la economía global. Al año 2000, el país ya contaba con relaciones diplomáticas con la mayor parte de las naciones del mundo.

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El crecimiento económico de Vietnam en el siglo XXI es uno de los más altos del mundo, y actualmente ocupa el tercer puesto en el Sur Asiático en cuanto a crecimiento de la clase media. El país ha continuado diversificando su economía a partir de la agricultura, siendo hoy su principal sector económico el de servicios, seguido por manufactura. Vietnam presenta también un gran crecimiento en exportaciones, especialmente en áreas de telecomunicaciones, textiles, indumentaria y manufactura. Cabe notar también que el país tiene uno de los mayores índices de inversión extranjera de la región, llegando al 8% de su PIB.

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Socialmente, la cultura de negocios de Vietnam se basa en las relaciones personales generadas entre socios. Una recomendación que suele hacerse a extranjeros es la de compartir detalles y anécdotas sobre su familia y pasatiempos para estrechar relaciones con sus contrapartes vietnamitas, dada la gran importancia puesta este tipo de conexión emocional y su efecto en los términos de la negociación a realizar. Los contactos iniciales, por lo mismo, suelen hacerse a través de una referencia o recomendación.

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Cabe destacar que las decisiones de negocio en Vietnam suelen tomarse en grupo, así que es más clave conectar con el grupo que tener un “pituto” como sería en Chile.

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Un dato curioso: La fuerte relación entre Chile y Vietnam datan desde 1969, y se formalizan en 1971, ambas fechas en  período de plena Guerra de Vietnam.